domingo, 14 de agosto de 2011

Años sin escribir.


Parece que fuera mucho, que estuve perdido por el mundo, los tres años en el desierto o la escapada al bosque de pinos. No lo sé, no lo sé bien. Yo más bien diría que los dedos simplemente no quisieron andar por estos lados, que las azucenas no buscaban brotar en estos paramos y que los gisantes siempre son guisantes. Porque acontece que aunque no haya aparecido por estos lados, aunque se me haya ido julio y el comiezo de agosto, aunque no hayan visto nada de mi por aquí, la vida ha seguido siendo vida y el tiempo que no sabe detenerse, claro que no lo ha hecho. Han pasado muchas cosas, la función seno siguió subiendo y bajando y hemos llegado hasta hoy, donde la letras vuenven a emergen, a ver la luz, desde la tumba, desde bajo la tierra, desde la cueva en la que estaban escondidas.-

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