No saber que es escribir es algo más común de lo que parece. Pasa cuando duermes y cuando vas al baño, cuando cantas y cuando das un beso. Y aun así, puedes escribir. Porque lo importante es que después de todo, en los mismos momentos, en las mismas situaciones, con sin y todo lo demás, puede que sepas que escribir o no, pero las letras salen sin siquiera saberlo. Sencillamente salen. A veces incluso acabar mojando la cama.
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