sábado, 25 de junio de 2011

Ay, puta, qué te quiero tanto !


Es loco, más bien in-creíble. Sí, en el mismo sentido en que parece que no queremos, en el mismo tiempo y el mismo espacio, ese en que creemos nos convertimos en un ermitaño, parece que basta con que volvamos a oler el color del sol, para que las cosas cambien. Y es como que las costillas fueran a abrirse, el diafragma fuera a reventarse y todos las viseras pectorales fueran a brotar.

1 comentario:

  1. Como en Mulan Rouge, se enamoró de una mujer de servicios. Despertar al mundo de nuevo.
    Un saludo!

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