martes, 12 de marzo de 2013

A la velocidad del pensamiento.

Ah!, es que me contaron mis amigos, de sus historias, de sus cosas, de sus tiempos, de lo que sienten de lo que piensan. Y es lo fuerte de la vida. Son las cosas que siento y que no entiendo. Lo que no entiendo y qué no sé cómo llevar, pero que aun así no puedo no sentir. Qué no es que no te quiera, sino que a veces ya no sé cómo hay que querer. Que acaso si puedo ver el mundo y que ya me estoy creyendo más y que mis ojos ven más lejos. Y es que no es que el mundo sea grande, sino que inmenso. Y con un Dios que en un comienzo, apenas si podía aletear sobre las aguas, pero la tierra estaba desierta, sin nada y acaso sí los abismos repletos, completos, rellenos de tinieblas. Porque es que se está acabando el mundo o está empezando otro. Y es que nadie lo ve. A todos se les queda corto. Se corta y se pierden de todo. O tan sólo a mi me pasa. Y que el dosmiltrece se viene, intenso, y el mundo se pone de cabeza. O tal vez que lo de adentro necesita más del mar. Que tengo que mirarme hacía adentro y sólo así las olas pasarán sobre mi cara y ahogarán mi cabeza que no se detiene, no se detiene, no se detiene y da todas las vueltas por segundo.

1 comentario:

  1. y si cantas, caminarás sobre las aguas... brazos extendidos al cielo y polera agitada por el dios Eolo... tu escultura es hermosa, Cristito!

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