domingo, 18 de enero de 2015

Dosmilcatorce-Dosmilquince

Hace tiempo que no escribía y más aun hace tiempo que no me daban ganas de escribir por cosas llenas. La vida ha marchado bien bonita y vamos que ha marchado. En resumen el segundo semestre del dosmilcatorce fue por decir lo menos, in-ten-so. La separación y entrar a un nuevo mundo con harto trabajo, pero harto de hacer lo que quería hacer. La distancia fue lo más terrible y la energía fue poca. Diciembre fue del reencuentro y la vida hecha vida contigo. Nada más que eso, el día a día con la mujer que más amo: hermoso. Enero llegó de golpe y la pena de otra despedida fue más fuerte de lo que esperaba. Parece que cada despedida es peor. No quiero ni pensarlo. El dosmilquince llegó aun más intenso y en los menos de 20 días que lleva el año, todo a sido a mil por hora. Comenzando por la pena infinita de dejarte y luego por asumir este nuevo desafío. Un desafío gigante, inmenso e inconmensurable, que a cada rato me desafía y me desafía más. Que a cada rato me da más miedo, pero también me hace más y más sentido, y ya nada importa. El medio no paraliza cuando vemos allá al fondo un propósito tan auténtico.
Estoy feliz. La vida cada vez es más y más vida. Más fuerte, más intensa, más sentida, pero si no es para vivir que venimos a la vida, entonces mejor irse yendo.
Estoy feliz, desafiado, comprometido y convencido de que todo lo que se viene por delante es gigante, pero es justo lo que quiero.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario