viernes, 2 de enero de 2015

(noeselfin)

Me acuerdo que hace un poco más de un mes, me daba cuenta de lo mucho que tenía acá en Chile, en las personas, en los sueños, en los proyectos, en los cariños. Alguien me dijo que tenía que volver y en ese entonces se me hizo súper fuerte la idea de que era evidente de que así era, había mucho que me sujetaba a este país de mierda.
Ahora las cosas se ven algo distintas. Será que las perspectivas de los viajes no son las mismas una vez de ida, una vez de vuelta. Y es que ya ni las buenas noches serán las mismas sin que salgan de tus labios justo antes de dormirte en un día cualquiera al lado mío. Porque parece que nada tiene sentido si no es contigo...

Y se me parte el alma.

Me he venido preguntando durante todas las horas de viaje de vuelta en cómo había logrado conseguir pararme de esas sillas plásticas del aeropuerto, darte por una, dos, tres, cuatro, cinco veces el último beso y soltar tu mano para subir las escaleras y tomar el avión. Ni con todos los despegues, ni aterrizajes, ni el trasbordo, ni durante las mismas horas de vuelo he podido encontrar una respuesta.

Creo que simplemente lo hice. Sin nada. Porque si no lo hacía, tampoco sabía que mierda más podía hacer para evitar que toda esta mierda se nos viniera encima...

Las lágrimas no eran nada cuando ni en mi cabeza ya podía encontrar razón a todo lo que pasa. ¿Qué mierda esta historia?

Me acuerdo de la última imagen que tengo de ti, de haber pensado en querer sacarme el alma y llegar pronto al vórtex que me haría olvidarme de todo lo que sentía. Aún cuando te busqué por última vez, ya en el piso de arriba, mirando a través de las barandas, no sabía qué pasaba y mejor simplemente me fui. Pero las cosas no salieron cómo yo esperaba y aun no logro escaparme de lo que siento, ni entender nada de esta mierda.

Esta vez el vórtex no fue tan vórtex o quizá la culpa esta vez es de las emociones que se fueron al chancho. Da lo mismo.-

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