viernes, 2 de octubre de 2015

Déjame estar, no digas nada y no digas nada más

Creo que tengo la cabeza suficientemente revuelta. No sé en qué momento me volví este plato de tallerines. No lo sé. Que a veces hay alegrías, aunque fugaces parece. Qué sé yo. El tema es la melancolía o esa nube blancuzca que cada cierto rato vuelve y nos arden los ojos y a veces, hasta se nubla la mirada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario