jueves, 1 de octubre de 2015

Mi aventura

Hace un tiempo pensé que era un viajero. Tal vez, un aventurero. Tomé consciencia de los muchos viajes que he hecho, a los muchos lugares que he ido y todos los mundos que he visitado. Al final, cada cosa que he hecho en la vida ha sido un poco un viaje desde que he podido tomar mis propias decisiones. Más aun ahora último, una aventura.

Así mismo, hoy -o ayer para los cronológicos- apareciste tú. Después de todos eres mi mayor aventura. El más grande, el mejor, de los viajes. Y eso implica también todas dificultades, pero sobretodo todos los aprendizajes. Porque como dicen por ahí, aunque el mundo va como la velocidad del rayo, aguanta el vuelo más -el vuelo, el viaje, la aventura y la vida- si me agarro de tu mano. Y porque aunque el error esté mil veces, aunque el camino se llene de piedras, -como dicen por ahí de nuevo- el merito está en no quedarse en el intento, y te juro -te lo rejuro- que en esta gran aventura, en el intento es en lo único en lo que no me voy a quedar.

Te amo, te amo siempre.

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