martes, 11 de enero de 2011

De A y B.


Andamos con todos los colores y eso a veces termina siendo negro. Ahogamos todas nuestras ropas en una piscina gigante, pero al olvidarse del detergente parece no servir de nada; es más, parece que tal sólo se ensuciará todo, lo que ya estaba limpio, incluso reluciente.
Es que parace que la ventana aun no está bien abierta o afuera no sopla mucho viento, porque todavia no se va todo el aire sucio y seguimos sintiendo un poco el olor a encierro.
Y es que a final de cuentas, parece que la soledad no puede salir sin que entre alguien antes a la pieza.

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