miércoles, 10 de junio de 2009

Rodillas heladas: el pecado de escribir.

& me parece que es un poco un pecado, si no el máximo. Las rodillas heladas atormentan, pero seguramente mañana me sentiré peor de ahora estar escribiendo y de luego querer escribir, que de que se me hallan congelado las rodillas.
Pero no importa, aun así escribo y quizá peco un poco. Si este tiene que ser mi único placer culpable, más que seguro estoy de quedarme con este mismo; con el vicio de escribir y un poco sacarle el jugo a estas letras mientras mis rodillas se entumen, se empalan y adquieren toda la atención del mundo, dejando así que mis manos tibias hagan lo suyo.

2 comentarios:

  1. muy buen blog este lo marco

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  2. ¡Como entiendo este vicio de escribir que describes!.

    ¡no importan rodillas frías!
    ¡no importa más nada!
    Cuando en el corazón hay semillas
    que quieren ser flor y fruto
    en una página blanca.

    Cariños y gracias por tus visitas y comentarios

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