jueves, 9 de diciembre de 2010

Frac-tura.



Me duele el dedo y está bien. Hace días no lo creía, pero me duele y no debe ser sçolo el rasmillón. Pero está bien, creo que me gusta que me duela. Es más, quiero que me duela y oj-alá fuera una fractura o algo así. Y es que no sé, pero te acuerdas el otro día cuando alegraste mi día entero. Pues bien, ese día como que maltrataste mi dedo en esos juegos de niño. Y está bien, super bien, me gusta ser niño y el dolor del dedo fue sólo un segundo. Y es que en verdad puedo doblar el dedo y por ende, no es esguince. Sin embargo, si bien no me gustaría que fuese y menos te sintieses culpable de un delito, no me haría nada de mal -nada de nada-, tener una fractura que por no ser tratada, terminará doliendome por el resto de mi vida y con eso recordandome tu grandesa. Te quiero mucho. Más bien, te amo.

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