jueves, 12 de septiembre de 2013

Antes de leer, entienda usté que estoy mal, pero ahora bien y tampoco es para tanto.-

Me dices que tengo que creer, que la mejor manera de pasar por encima de todo lo que me molesta es seguir adelante, echarle para adelante. Te creo, vamos que hay que mirar el mar e irse a nadar, lo creo más que nadie. Creo en el canto más fuerte, porque de gritos no podemos vivir y porque por los vivos, los muertos y los que mataron, tenemos que seguir aquí, dándole, hacía adelante, hacia el horizonte, nadando en el mar que se vuelve cada vez más infinito hacia adelante en nuestro ojos. Pero no basta, ya no puedo, estoy agotado, estoy agotado y tengo angustia de mi mismo. Angustia por el lugar en el que me encuentro, que tengo pena, que estoy tranquilo, que todos se compadecen, pero nadie puede hacer nada y la vida sigue y sigue, y yo no hago nada tampoco. Porque no puedo, porque no es justo, porque no vale, porque no toca, porque estoy quieto, porque me inmoviliza y me inmovilicé, porque me corresponde, porque lo vale, porque no es más, ni es menos, porque sólo así merezco pasar algunos días, perdiéndome y rindiéndome a que la vida sigue y yo no siempre voy a poder con ella.

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