Si la vida va más rápido. Pasan los días, hace tiempo que parece que no escribierá y juro que no es que no quiera, no es tanto el tiempo, ni siquiera se bien que es. Finalmente no me importan -ni deben importar- los culpables. Acabando y sacando cuentas, lo claro es que la vida pasa, el tiempo como siempre vuela y aunque rasguemos sus alas no se detiene. Terminando y tomando conicencia, es cierto que el tiempa avanza, que la vida sigue y que siempre siempre le gana a mi pluma. Le gana a mis dedos que intentan seguirle el paso y mecanografiar. Y aunque mis dedos son torpes, lentos y algo grtescos, ellos no tiwenen la culpa. Ni la mejor de las secretarias podría seguile el ritmo. La vida gana y así es siempre. pasa y pasa la vida y va dejando huellas por doquier. En aquel reloj de arena cada grano que pasa de un lado al otro y deja así el tiempo correr, es una historia que contar, un cuento que escribir, una nueva emoción por sentir, un gran dibujo que pintar, una forma que esculpir, una melodía que tocar, una letra que cantar, un problema que resolver, una ecuación que equilibrar, un silencio que gritar, un suspiro que botar, un respiro que inhalar y luego exhalar.
A fin que cada día que no escribo, la vida me gana, me da paliza y no basta con decir que es una goleada, sino que una trágica derrota.
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