Creo que me falta Dios. Se que está. Siempre está. Pero no lo siento.
Todo comenzó cuando a la vida se le ocurrió la genial idea que botarme al piso y patearme por un buen rato miestras estaba ahí.
Despues las manos en mi rostro no me han dejado ver.
Y al fin, cuando parece que las saco o al menos abró los dedos, no me atrevo y no lo entiendo.
Es que es más que seguro que no hay NADA peor que desepcionarse, que desilucionarse y que la propia vida te bote al piso.
Ahora ando como con modo de pilotoautomático. Funciono solo y sin mucho sentido. Funciono nada más.
Y así ando.. un poco vacío, un poco desilucionado, con el cuerpo (quizás aun) en el piso, con los ojos algo derrotados.
Y es que no sé que pasa. Y es que ando tonto. Y es que hay que buscar. Es que oj-alá aparesca pronto.-
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