Ahora nos vamos a leer.

Ay! Cuantos colores puede tener un cumpleaños? Imaginemonos entonces los diecinueveaños.

Quizá la paleta de colores estaba escondida. O quizá al fin compramos el televisor a color y dejamos el en blanco&negro escondido en una pieza y ahora el mismo programa se ve mucho mejor.

Al fin se acabo octubre y al fin empezo noviembre. Al fin (y por qué no?), al fin empece a crecer y (por qué no?) a creer un poquito más en que todo esto no puede ser tan malo. Al fin, al fin y más que al fin, nos dimos cuenta que la vida no se va por los años, no se mide en los minutos, no se cuenta en los calendarios y no se vive sino más que con un vaso de alegría en la mano.

Bebamonos el vida, saboriemos los fuegos artificiales y plantemos un arbol antes de que se nos acabé el oxigeno. Despues de todo, al final, al final, al final y al final, lo único malo de la vida es que es muy corta.

Es que hemos pasado por tantas que cosas que finalmente las cosas ya se saben. Y es que quién dijo que no era infinito?, pues les cuento que claro que la vida puede ser buena, claro que pude ser feliz y claro que podemos hacerla nuestra. Y es que con amigos así, con una familia asá y con Diosito de nuestro lado -esto siempre ya está por hecho-, la hiperfeliZidad es lo menos.

Ahora se que es cosa de tomarsela de beber un poco de aquel vaso de la alegría, comerse un pedazo de la bara del optimismo, olfatear más el aroma de la esperanza y dejarse guiar por el ruidito que viene de allá lejos.

Porque despues de todo, aunque ahora nos vayamos a poner a leer, apesar de las pocas energías que nos quedan, mañana no habrá ni un gramo de arrepentimiento, ya que cada gota de cansancio fue super bien aprovechada y ahora se guarda en unos recuerdos preciosos.

De modos que vamonos nada más a leer un poco, tragemos hasta el fondo, demos un suspiro y largemonos a vivir. A la una, a las dos y a las... tres!