jueves, 19 de noviembre de 2009

Giroscopio y pedacitos.

Lo confiezo y es que quiero y quiero y en verdad -de esas que uno se inventa- no lo quiero. Pero ay!, que miedo que miedo.
Por qué mejor no nos cortamos eso y luego nos hacemos pedacitos y mejor olvidamos que somos un poco corazón y algo más... y nos quedamos como si no fueramos nada más que una masa.--una masa que está ahí. Y ahí está.
Y mejor, ni siquiera le demos vueltas, porque quizá hallemos que tenemos que cortarnos también el cerebro y dejar de pensar... y dejar de sentir. O al menos, dejar de sentir eso.
Y mejor no hablemos más. Y mejor, cest' fini.


(pido disculpas, pero tengo un serio problema con el francés y nunca, creanme que nunca, logró poner bien los apostrofes)

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