miércoles, 4 de marzo de 2009

"Ernesto tiene que volver a pensar y había olvidado como se hacía"

Ese es mi actual estado de feizvuc. Así de directo. Y es que así de seca es la realidad también.
Hoy tuve, ni más, ni menos, que mi primera clase, la gloriosa primera clase de... (ocupe su imaginación y escúchense redoble de tambores) Introducción al Cálculo.
Ya después de toda la motivada bienvenida del día anterior -luego de la cual llegue a tirarme en la cama y dormir-, hoy miércoles 4 de marzo, tuve que levantarme a las 6.30 de la mañana, bañarme, vestirme, salir a la calle, ocupar la locomoción colectiva, recorrer aquel "diminuto" campus y finalmente buscar la sala en la cual tendría mi "anhelada" primera clase.
Luego de entrar al aula y con el don-privilegio de contar con un amigo a mi lado para afrontar todo este estres emocional, me encontré con varias sorpresas. En esa sala, en esas cuatro paredes. Ahí es donde recordé que la vida siempre tiene varios ingredientes: no es sólo una ensalada de lechuga con limón y sal, sino, más bien, una impetuosa ensalada Cesar condimentada lo más sabrosamente. Y es que en la sala había de todo; pues más que haber, debo decir, experimenté de todo. Y cuando digo "todo", que se entienda bien... TODO. Pues si dijera ´tan sólo: nerviosismo, ansiedad, incertidumbre y tantas otras posibles emociones que resultan evidentes para el momento, nadie abriría más los ojos (facializando sorpresa o asombro). Mas si el caso es que digo sensaciones como: encandilamiento, risas, enamoramiento, seguimiento, sicopateo y tantas más, todo parece y, en realidad, es mucho más llamativo y degustable.
Entonces, de este modo, pase mi primera clase -entiendase que no haré mayor aclaramiento, por razones de privacidad- y sobreviví al nerviosismo que me generaban esos números, producto de los comentarios de mi entorno con respecto al ramo. Partí con la premisa "Ernesto, NO SABES NADA!" (valga la redundancia, para darle énfasis). Como resultado, me condene a copiar todo lo que la profe escribía en la pizarra y aquellas cosas que a veces y la mayoría, sin saber por qué, crees son importantes. En esta forma, no tuve problemas hasta que se terminó con el periodo en que sólo tenía que dejar correr mi mano y pasamos a la fase en que debía pensar un poco: la profesora dio el primer ejercicio. En ese instante, la verdad es que la mano se me trabó y mi cerebro parecía más ocupado en entender lo que la profe quería decir por "trabaje, trabaje! ... trate de hacerlo... vamos!, si es ordinario", que en intentar verdaderamente resolver el ejercicio propuesto. Y es que había sellado mi mente a lo que se entiende por PENSAR (para estos casos, claro). Y en ese momento, aquellos enanos que habitan nuestra cabeza e intentan hacer el trabajo de "pensar" (ahora si en todo su contexto), estaban desesperados buscando entre archivos y archivos, debajo de alfombras e incluso de catres ((paréntesis cultural) Catre: palabra que utiliza mi abuela, cuando quiere hablar de lo que todo común ser humano conoce por cama) aquel software que hace la labor que en ese segundo requería. Y es así que entonces, en los últimos minutos de la clase y con mis enanos fervorizados, yo quejándome de la pesadumbre que implica el volver a pensar y con mi amigo siempre al lado, de la nada, la profe dio el tiempo por ganador y resolvió por si misma el ejercicio, de la manera que ella solicitaba y esperaba correcta. A lo cual, yo deje descansar un poco a los pequeños, procese sólo el movimiento de la mano; y además copiando unos ejercicios que cariñosamente la señora nos dejó como regalo (ella misma les puso ese título en la pizarra), terminé mi primera clase y descubrí, que aunque no quisiera, esta noche tendría que haber en mi cerebro... un inventario.

1 comentario:

  1. wuau...
    Hay momentos en la vida, en que nos bloqueamos y, pese a todo nuestros esfuerzos no salimos de hay. Eso no es lo más importante que rescato de esto, sino, la cantidad de emociones que pasan por nuestra cabeza. Esto solo nos dice y recuerda una cosa, “Somos hijos de Dios”. Por lo tanto estamos llamados a la felicidad (futuro). De a partir de ésta experiencia llena de emociones, que acabas de pasar, puedes sacarle partido y ser tú un ganador. Te recomiendo que pienses un poco en este gran paso que diste en tu vida, en el paso que dejaste atrás y en el paso que quieres dar en un futuro. Cuando ya lo hayas hecho muchas cosas que pasaste, pasas y pasaras encontraran sentido, que solamente te llevarán a la felicidad, a la tranquilidad y al amor.

    Esto se me ocurrió, pero fue de corazón.
    Te quiero amigo y te extraño.
    Abrazos y espero que sigas caminando de la mano de Dios, para que juntos puedan encontrar siempre la felicidad en tu vida.

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