martes, 21 de abril de 2009

Levanta esos ojos, mira hacia arriba.

Me gusta mucho mirar el cielo. Me gusta mirarlo, contemplarlo, descanzar en sus tonos celestes, sus nubes esponjosas y juguetonas, y el aire calido que lo acaricia. Me gusta mirar hacia arriba, apoyar mi cabeza en el pasto, dejar que los ojos no tengan más opción que mirar arriba. Me gusta que lo único que pueda interponerse en mi vista de aquel infinito azul, sea algunas ramas y hojas o algún objeto que vuela y disfruta del viento. Me gusta mirar y mirar, e imaginar cosas, ver formas, entender y desentender el cielo mismo. Me gusta ver ese cosmos eterno, divagar con sus aires, acariciarme con sus vientos y sonreir... simmplemente sonreir al darme cuenta que sobre mi cabeza siempre está aquel infinito que deja que mis sueños no tengan limites y suban y suban pudiendo llegar muy alto, verdaderamente muy alto.

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