domingo, 27 de febrero de 2011

Tragedia

Y si los árboles se levantan de la tierra, y si los grandes edificios se caen por completo, y si las nubes lloran todas las tragedias, y si el mar decide dejar de solo hacer cariño, y si los pajaros deciden botarse del aire, y si las bestian gritan todas a la vez, y si el cielo decide cerrar los ojos; solamente nos queda abrir la mano con esperanza, acaso aparece otra mano con quien cerrarla.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Y por la cresta que puede ser fuerte.

Puede ser fuerte como un boxeador, fuerte como el olor de la caca de un rinoceronte, fuerte como la vanidad de una mariposa, fuerte como un tempano en medio del ártico, fuerte como la fuerza de los revolucionarios, fuerte como la espinaca nos hace fuertes, fuerte como un bombero, un leñador, un pianista y un resentido, fuerte como un dolor de cabeza, fuerte como la crísis asiática, fuerte como aquel que se pasa todo el dia levantando pesas, fuerte como tus sueños, fuerte como tus miedos, fuerte como la esperanza y como el dolor, fuerte como un elefante y una cebra que defiende a su hijo de un león, fuerte como un libro de sexo o una película de guerra, fuerte como el perfume de las rosas y el color de los girasoles, fuerte como salir a correr contigo o dejar de pensar en ti, fuerte como que te muerdan, fuerte como que te peguen, fuerte como pegar un disparo, fuerte como recibirlo y más fuerte aun que tener que enterrar a alguien, fuerte como dar a luz y fuerte como decirle a aquiel que va a morir, fuerte como no decir fallecio y decir murio, fuerte como sacar musculos, fuertes como ser debil, fuerte como no irse, fuerte como escapar y suicidarse, fuerte como una carcajada, fuerte como un grito desesperado, fuerte como el musculo de la legua y como una respiración sostenida, fuerte como perderse en el infierno y luego volver o no de él, fuerte como agarrarse las manos, fuerte como mirar de frente, fuerte como la verdad, fuerte como ser sincero, fuerte como los beatles, fuerte como el zapateo del bailarin de tap, fuerte como la muerte, más fuerte aun la vida, fuerte como la pureza, fuerte como la libertad, fuerte como tú, tan fuerte como nadie, fuerte como todos, más aun todos juntos y fuerte como si aun pudiese ser más fuerte, fuerte como caer del cielo, fuerte como caerse en un río, fuerte como meterse en un bosque, fuerte como leer a Hansel y Gretel, fuerte como comer chocolate, fuerte como evitarlo comerlo, fuerte como hacer un dieta, fuerte como tener diabetes, hipertensión y colesterol alto, fuerte como lo alto del Everest, fuerte como la expansión del Imperio Romano, fuerte como un coliseo, fuerte como ser devorado por un león o una ballena, fuerte como una tempestad y fuerte como un arco iris, fuerte como una mirada, fuerte como leerse un buen libro recostado sobre la cama, fuerte como recitar en el metro, fuerte como meter la cabeza bajo el agua, fuerte como olvidarse de todo, fuerte como no olvidar nada, fuerte como cantar por las calles, fuerte como un cantante pop, metalero, country o punk, fuerte como un sirena y como un ambulencia, más fuerte aun que ese llamado y todavía que cualquiera, fuerte como decir las cosas, fuerte como decirlas a la cara, fuerte como respirar profundo y mirar hacia adelante. Pero sobre todo, aun más fuerte.

Y es todo tan fácil.


Pero es que ya no me importa nada. Y claro que con aquella excepción. No me importa más bien el resto. El resto que acaso no les corresponde. El resto que no está en sus manos, esas que se acercan y que se alejan con la misma frecuencia, dandole el equilibrio en que se basa el ritmo de mi interior. Porque vamos que a final de cuentas tal como eso me destruye, también es lo único que puede llegar hasta la estrella más alta del cielo. Y es todo tan fácil.

El señor cansancio.


Y había que hablar del cansancio. Había que mencionarlo. Porque para ser justo la semana pasada al menos ha sido completa para aquél. Él mismo que nos deja sin horas de sueño, el mismo que nos despierta temprano por la mañana, el mismo que nos hace mantenernos por horas y horas, el mismo que nos va quitando la energía poco a poco y parece que incluso pusiera un paraguas para que ni los rayos del sol nos recarguen. El mismo que no es más que consecuencia de nostros mismos, de nuestras desiciones, de lo que queremos ser y de lo que trazamos en una croquera. Porque a final de cuentas es el único que nos hace querer ir a la playa, perdernos del mundo y simplemente respirar al señor oceano.

Escriba-no.




Ya, está bien, me iba a ir. Y pues bien el jueves me marcho a la playa. Pero vamos! No seamos. Pues entre lectura y lectura, más nos justa escupir por las manos. Porque al final de los tiempos, escritor va a ser hasta el final y porque todas las razones restantes pierden y toman más sentido con en este dimensión.