domingo, 14 de agosto de 2011

Corazón abierto.

Tener el corazón,

tener el corazón abierto
muy abierto,
tan abierto.

Ni de par en par,
ni en todo
su ancho y largo;

sino
abierto,
tener el corazón abierto.

Que las luces sean más luces,
que los rayos
quemen más,
que el fuego
de más chispas.
Tener el corazón abierto,

sin negarlo
sin olvidarlo
sin rogar, ni dejarse morir.

Abierto, para vivir más
la vida,
para sentir
hasta que se abra el corazón,
sentir hasta dejar el corazón abierto

para tener el corazón abierto
y sentir
vivir
amar

como debe hacerse,
con el corazón
completamente
abierto.

Años sin escribir.


Parece que fuera mucho, que estuve perdido por el mundo, los tres años en el desierto o la escapada al bosque de pinos. No lo sé, no lo sé bien. Yo más bien diría que los dedos simplemente no quisieron andar por estos lados, que las azucenas no buscaban brotar en estos paramos y que los gisantes siempre son guisantes. Porque acontece que aunque no haya aparecido por estos lados, aunque se me haya ido julio y el comiezo de agosto, aunque no hayan visto nada de mi por aquí, la vida ha seguido siendo vida y el tiempo que no sabe detenerse, claro que no lo ha hecho. Han pasado muchas cosas, la función seno siguió subiendo y bajando y hemos llegado hasta hoy, donde la letras vuenven a emergen, a ver la luz, desde la tumba, desde bajo la tierra, desde la cueva en la que estaban escondidas.-