lunes, 25 de marzo de 2013

Sentimos juntos porque hace rato que somos hermanos. Nacimos siendo hermanos.

( - )

No es que haya nada que tenga que tener sentido, es que la vida ha sabido enseñarme cosas realmente importante, es que sé decir te amo y puta que he sabido amar en la vida y puta, que vamos que se sienten fuertes las cosas y no te das ni cuenta como vas a encontrarte en el otro que no sabes que está y si está es porque no lo está y no sabes cómo shusha llegar a él, pero hay lenguajes que son totales y es que se sienten, y quizá es que no hay más que hablar sino que oir ambos, sintiendo, acompañados, porque también he aprendido que la tristeza realmente puede ser una de esas hueás más hermosas que puedes llegar a tener en la vida. Porque se siente, sobretodo porque se siente y sobretodo porque he tenido la bendición, y gracias gracias por eso, de tener gente a mi lado, siempre a mi lado, que rozo a cada respiro y que sigue ahí y si no, no importa, porque no hay tiempo, ni hay lugar que tengan sentido verdadero para lo que realmente importante, porque cuando uno dice te amo, no es para siempre, sencillamente es y que sea ya es bastante, porque nace, porque eso si nace y porque desde lo profundo da lo mismo que no hayan ganas y no haya más que dolor y que hay dolor, ¡hay dolor!, pero que alegría, que alegría que sea así y contigo y sin darme cuenta y por sorpresa, porque va más allá o porque depende de aquel, de más arriba y que te das un tiempo y que se aleja y lo dejas, con toda la fuerza lo dejas, te desprendes y te rompes, te destruyes, te rasgas en lo onda y se siente, con toda la fuerza lo sientes, desde adentro y tu adentro, sea tuyo o no, nada en verdá es de nadie y no hay más que lo que sigue ahí y eso eres tú y lo que eres y lo que es y es y nada más, porque te puedes quedar en la noche, sosteniéndote en la noche, susurrándote en la noche, esa noche que es fría, que es oscura, pero que abrazo y que después de muchas noches, de muchas muertes, de poderosas poderosas muertes, terminas por sentir bien y sigue oscuro y sigue sonando y sigue frío, pero abrazo y abraza bien, contigo y sin ti, para ti y con el otro, ese otro que no sabías que sería y qué sería, pero fue y los anteriores estuvieron y mil gracias y este no es distinto ni es igual, sino único y todo suena y es hermoso y más hermoso, pero distinto, con más o menos sangre y sangra que así se siente y deja que hay que fluir, porque lo verdadero es aquello que es malo y en eso mismo, profundamente, profundamente bueno.--

jueves, 21 de marzo de 2013

Turururus

Cuando chico me acuerdo que mi mamá decía que me daban/le daban los turururus. Era un cosa extraña y ahora que estoy más grande -o si es que he crecido- parece necesario que me ponga a pensar de nuevo en eso. Y es que tal vez ahora son de otra forma o más maduros. Y vaya que ridículo suena así, pero algo de sentido me hace. Porque si cuando chico el turururu era ponerse a loquear está claro que ahora, de adulto, la locura toma nuevas formas. Y es que no voy a contarles la razones de mi locura. Pero, pero, pero, si tan sólo lo pienso un poco, creo que ahora me suenan más mis turururus a cuando se me escapa un poco más de la razón a aquellas veces en que hago lo que la gente llama locuras y me pongo a bailar, cantar y ser feliz por todos lados.-

lunes, 18 de marzo de 2013

Soleado medianoche

Es extraño pensarlo así y más que la iluminación haya llegado así tan de pronto. Y tal vez es que ni sea. Pero al menos ahora parece que el sol prendió en medio de esta noche y que por ahí me dice que es lo que tanto me pasó en esas tierras de allá tan lejos. Porque es que ya habíamos hablado que el viaje nos había cambiado y pues claro. Claro es ahora que el sol se prende a medianoche. Y será que fueron los aires o la humedad. Tal vez ambas. Y que el corazón creció, más bien se agrandó y se siente diferente. Porque ahora está más grande y siento más, tal vez más fuerte, tal vez más libre. No sé bien cómo sino nada. Pero al menos parece que ya sé cuál fue el cambio.

martes, 12 de marzo de 2013

A la velocidad del pensamiento.

Ah!, es que me contaron mis amigos, de sus historias, de sus cosas, de sus tiempos, de lo que sienten de lo que piensan. Y es lo fuerte de la vida. Son las cosas que siento y que no entiendo. Lo que no entiendo y qué no sé cómo llevar, pero que aun así no puedo no sentir. Qué no es que no te quiera, sino que a veces ya no sé cómo hay que querer. Que acaso si puedo ver el mundo y que ya me estoy creyendo más y que mis ojos ven más lejos. Y es que no es que el mundo sea grande, sino que inmenso. Y con un Dios que en un comienzo, apenas si podía aletear sobre las aguas, pero la tierra estaba desierta, sin nada y acaso sí los abismos repletos, completos, rellenos de tinieblas. Porque es que se está acabando el mundo o está empezando otro. Y es que nadie lo ve. A todos se les queda corto. Se corta y se pierden de todo. O tan sólo a mi me pasa. Y que el dosmiltrece se viene, intenso, y el mundo se pone de cabeza. O tal vez que lo de adentro necesita más del mar. Que tengo que mirarme hacía adentro y sólo así las olas pasarán sobre mi cara y ahogarán mi cabeza que no se detiene, no se detiene, no se detiene y da todas las vueltas por segundo.

martes, 5 de marzo de 2013

(Re)encuentro y (re)cuento.

Voy a escribir rápido, pero de verdá.

Hace harto tiempo que no escribo por acá. Me fui unos días al sur y el viaje en sí, fue más que intenso. Más que intenso. Y no es que los eventos en sí sean el tema, sino que más bien como estos me agarraron. Y digamos -y resumamos- que con todo terminé con dos días de retorno, de carretera, de auto y un poco de tiempo largo para pensar. Y aun así, llegué pensativo. La cabeza no paraba de girar y cuando se detuvo, es porque ya empezaba el año y no quedaba más que hacer. Porque nos terminó por pillar marzo y la vida ahora se ve distinta hacia adelante. Pero sigue siendo la vida y ya que empezó marzo, la vida corre mientras la cabeza sigue y se ve hacia adelante con las cosas distintas y construyendo la diferencia también con cada paso.

/Funcionó bien.