martes, 30 de abril de 2013

Ángeles

¡Qué bueno que me acordaste que estaban los ángeles ahí! Es medio tonto que los haya olvidado justo en un momento así. Aunque si lo pienso dos veces, más bien tiene mucho sentido. Sentido porque esta sensación es como eso, como sin ángeles, como olvidada de ellos.
Recuerdo esos días en que anhelaba en secretos sus alas y se me revuelve la cabeza y antes/después el estomago con sólo traer el recuerdo. Porque no es que los ángeles ahora no hayan estado, sino que al parecer les cerré los ojos.
Y no me gusta. No, no me gusta.
Los ángeles siempre han estado conmigo, son más que amigos, una compañía, un ahí al lado. Estallando en lo cursi, es un poco esa tibieza que uno necesita al lado en el día a día.
¡Qué mal el mundo sin ángeles!
Sin ángeles no sólo se va todo eso del lado, sino que también se cierran un poco más los ojos, el mundo tiende un poco más a la escala de grises, se esfuman las brisas, todo parece más nublado y se pierden las alas. Se pierden por completo las alas. No hay ni vuelo.
Qué pena un mundo sin ángeles. Porque sin ellos, sin los ángeles, no hay a quién pedirle favores, no hay con quien escucharte una buena plática y mucho mucho menos, queda la opción siquiera de anhelar ni en secreto sus alas, sus alas de ángeles.

lunes, 29 de abril de 2013

Viejas y nuevas.

Hace tiempo que no escribo y siendo sincero han pasado tantas cosas en mi cabeza que no he escrito que creo que algo raro está pasando. Lo peor de todo es que aun ahora no siento ganas de escribir de eso, no me salen las letras en esos lares. Y no digo que está mal, pero es raro, vaya que es raro. Más raro eso sí, es que últimamente me surgió la idea de abrir otro blog -sí, otro más- pero para narrar historias. Lo peor de todo es que probablemente sería más entretenido e incluso, me ayudaría más. Porque ya está claro que soy bueno escribiendo de adentro, pero vamos, y cuantas veces lo he dicho, que me cuesta escribir a lo largo de los hilos.-

miércoles, 3 de abril de 2013

Cycling

Resuenan los pedaleos de lo que aun no nos dejamos ser en mi cabeza. Mis pensamientos no son de acá ni de allá, pero siguen por todos lados. No estoy leyendo, pero al menos algo escribo y mientras tanto los sonidos siguen dando y dando vueltas, pienso en aquellos días en que nos iremos a la playa, el horizonte será sólo para nosotros y ya no habrá ni siquiera la intención del recuerdo de estas noches en que el estudio era excusa para no ser.