Las cosas entonces pierden su ritmo. Quizá el ritmo se pierde de las cosas. En verdad, no sé. Pero, ¿ cómo puedes pedirle a una lavadora que te hable de naranjas? Siquiera media, tampoco.
Y es que encima, no se ni lavar ropa. Acaso podré trabajar de secadora..?
Ay! en verdad no lo sé. Quizá tengo hambre, tengo hambre y no puedo encontrar esa mitad de una naranja que reulte dulce en mi boca. Más si soy lavadora acaso mi boca la que está repleta de detergente.
Ay! si ya no se. Ya no se si es el detergente o el suavizante. Si soy lavadora o debería aspirar a secadora. Ya no se qué hacer con la media naranja.
Quizá ahora me toque buscar un cuarto de manzana !
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