Que ganas de vivir la vida, de dejarse ser, de olvidarnos de todo, de perderse en el aire, de ser un suspiro y dejar de jadear.
Ay! si al final, ya todo da lo mismo. Da lo mismo la prueba y un poco menos la nota; pero igual da lo mismo. La suerte ya está echada y el secreto de Dios es que nada es por suerte.
Vamos y vivamos, que mañana cuando tengamos un uno, ni siquiera no acordaremos de eso, pues todo girará en la noción de que al fin vivimos la vida y aprovechamos el aire.
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