Creo que tengo la cabeza suficientemente revuelta. No sé en qué momento me volví este plato de tallerines. No lo sé. Que a veces hay alegrías, aunque fugaces parece. Qué sé yo. El tema es la melancolía o esa nube blancuzca que cada cierto rato vuelve y nos arden los ojos y a veces, hasta se nubla la mirada.
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