Y así se nos va el bicentenario. Y claro! Celebrar doscientos años no daba para menos. Hubo de todo, de todo. Porque desde que carreteamos y sandugueamos, hasta que nos deprimimos y crecimos un poco, para finalmente tener un día lleno de cosas que habíamos dejado pendiente.. y no sé! Quizá nada más que descubrir que vivir doscientos años no es fácil y no hay nada como
volver a los diecisiete despues de vivir un siglo o en este caso dos.
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