Jugaré a que el cerebro corra rápido a que diga lo que tiene que escupa lo que está en la corteza cerebral y que pode el césped sacando la maleza de lo que no tiene que estar para esta primavera, porque el viento de septiembre ya tiene que llegar, si no es que ya llegó y ahora que te fuiste, parece que ya sólo hay que dejar que pase el tiempo, tal y como lo hicimos hace un rato, pero con otros fines, así es gracioso como el tiempo puede moldearse a los deseos que a uno le plazcan, como a los deseos que le plazcan al tiempo, tal y como fue hoy cuando el tiempo se hacía eterno sin que aparecieras, y porque en general no me gusta mucho tener cosas pendientes y más si son conversaciones que son de mis preferidas, así mismo que el estar con los amigos y ese que hoy cuando llamo para decir que vendría nos mostró un poco más de si mismo con ese sonido de fondo que no era más que su hogar, pero con eso me contento un poco el corazón, porque uno conoce más conociendo como suena lo que tiene a su entorno, entorno que lo rodea y sobretodo le da ese amor que sólo se transforma y finalmente llega a mi sin que me dé ni cuenta, contentándonos de nuevo, aunque ahora queramos hacerlo más, pero no podamos porque hay que estudiar, pero al menos ya no habrá que hacerlo sólo y Dios nos bendecirá además de con tu compañía, con la charla justa y previa, con el momento preciso, con los minutos exactos y con un éxito mañana, porque más vale primero ser feliz, para que luego la vida se coseche sola y broten éxitos que sólo vienen a abrazar el corazón.
-Publicado sin siquiera hacer una lectura previa y correctora, sólo para mantener el tinte de río cerebral-
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