Sobre mi problema a la hora de escribir pensaba hoy que quizá el tema es que soy malo con las acciones. En general los escritores dicen -y podría sumarme a esa teoría- que lo que escriben les llega sólo a la cabeza. A mi muchas veces así mismo me ha pasado. El problema es que cuando llegan esos remolinos a mi cabeza, llegan con detalles, precisiones, emociones, recovecos e incluso más de los personajes, sus sentimientos y caracteres, pero pocas veces -si no es que en ninguna ocasión- a llegado a mi alguna historia o alguna sucesión de acciones. Y es que parece que soy muy bueno registrando sensaciones y fotografías de todo. Al parecer soy bueno en capturar la esencia de personas, de sentires e incluso de momentos. Sin embargo, los sucederes no están en mi.
La solución hasta ahora parece ser robarse una historia, si no una leyenda y comenzar a contarla.-
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