Tengo los ojos a semi cerrar,
hay algo de humo en el ambiente.
Las cosas están suspendidas.
Es tarde.
El fuego sigue por ahí,
siento como vuelan sus llamas.
Suena a lo lejos y cerca la poesía
Me cantan unos versos susurrados
por un piano de tenues notas.
Se abren un poco más los ojos,
la luz se hace más y menos brillante.
En la pestaña, me estás llamando.
Parece que la canción vuelve a sonar
y se pierde en mi bostezo,
pero sigue ahí, sigue ahí.
Tan sólo es que fui a hablarte,
no me dijiste nada, si no
fuera a dormir.
El ciclo entonces de nuevo empieza:
las mismas notas, los mismos versos.
¿Acaso no están sonando los aplausos?
Es hora de dormir.
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*Ni siquiera sé si me gusta, sencillamente lo dejé salir antes de caerme a dormir.
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